Tras sus primeros minutos de gloria en el aire en un espectacular despegue vertical, el Starhsip Número 10 descendió para explotar en un instante, dejando una gigantesca nube de fuego.
Disposiciones de Spacex para evitar un desastre de aterrizaje
Esta vez el vuelo del SN10 fue increíble. Spacex decidió utilizar una estrategia diferente para evitar el mismo problema de aterrizaje que con los cohetes SN8 en diciembre y SN9 a principios de febrero.
Ambos cohetes dejaron una explosión después de intentar otro aterrizaje durante esta prueba a gran altura, ya que aparentemente uno de los dos motores que debía encenderse para el aterrizaje más suave posible no lo hizo.
A pesar de ello, Spacex trabajó inmediatamente con los datos que pudo recopilar, y realmente les ayudó en esta ocasión, porque el SN10 tuvo un buen rendimiento.
El cambio de estrategia para lograr un aterrizaje perfecto esta vez fue decidir encender los tres motores para estabilizar el aterrizaje vertical en lugar de dos.
A continuación, el SN010 aterrizó perfectamente en la plataforma y se encendió el sistema de agua para refrigerar los motores y evitar cualquier posible daño a la gigantesca nave.
Un pequeño problema en el aterrizaje
Sin embargo, parece que las patas de aterrizaje del s+i sufrieron algunos daños durante el aterrizaje, ya que en la transmisión oficial de Spacex se puede ver que el cohete quedó un poco en diagonal.
Sin embargo, una vez finalizada la transmisión, el cohete SN10 explotó y se rompió por completo al impactar con el suelo. El pobre Elon Musk debe estar frotándose la cabeza casi calva.
¿Qué estaba pasando si todo iba tan bien? Bueno, si se mira lo que ocurrió durante el aterrizaje, parece que hubo una fuga de metano en el aterrizaje que se incendió al ser alcanzado por la llama del motor del Raptor. Cuando llegó a la superficie, encendió el cohete y provocó la explosión.